La estimulación magnética transcraneal (EMT) es un procedimiento no invasivo que utiliza campos magnéticos para estimular las neuronas.
Este tratamiento está autorizado por la FDA para la depresión resistente a tratamiento, y para el trastorno obsesivo compulsivo. Muchas investigaciones han demostrado efectos positivos en pacientes con ansiedad, insomnio, consumo de sustancias y tabaquismo, autismo, entre otros.
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¿Cómo funciona?
Durante una sesión de estimulación magnética, se coloca una bobina electromagnética sobre el cuero cabelludo, cerca de la frente. Se emiten pulsos magnéticos sin causar dolor que estimulan las células nerviosas en la región del cerebro que ha sido seleccionada.
No se trata de terapia electroconvulsiva, o electroshocks. La estimulación magnética trasncraneal es no invasiva, con mínimos efectos adversos y se realiza de manera ambulatoria en el consultorio médico.
Depresión resistente a tratamiento
La depresión es un trastorno que se puede tratar, pero, para algunas personas, los tratamientos convencionales no resultan efectivos. La estimulación magnética transcraneal repetitiva se usa habitualmente cuando los tratamientos convencionales, como los medicamentos y la terapia de conversación (psicoterapia), no logran una mejoría suficiente y/o sostenida.
Efectos secundarios frecuentes
Frecuentes:
Los efectos secundarios por lo general son de leves a moderados y mejoran poco después de una sesión, y son los siguientes: Dolor de cabeza Incomodidad en la zona de estimulación del cuero cabelludo Sensación de hormigueo, espasmos o movimientos espasmódicos de los músculos faciales
Infrecuentes: Los efectos secundarios graves son poco frecuentes. Estas pueden incluir: Convulsiones. Se ha reportado un caso en 10,000 procedimientos. Manía, especialmente en personas con trastorno bipolar ¿Cómo prevenir los efecto adversos?
Para minimizar los riesgos al máximo, se puede tomar un electroencefalograma si se identifica riesgo de epilepsia.
Contraindicaciones
Tener algún dispositivo de metal médico implantado en el cuerpo.
Espirales y pinzas para aneurisma Stents Estimuladores implantados Implante de nervio vago o estimulador cerebral profundo Dispositivos eléctricos implantados, como marcapasos o bombas de medicación Electrodos para monitorear la actividad cerebral Implantes cocleares para la audición Cualquier implante magnético Fragmentos de bala Cualquier otro dispositivo u objeto metálico que esté implantado en el cuerpo
Antecedentes de convulsiones o epilepsia.
Tener trastorno bipolar o síntomas psicóticos.
Tener daño cerebral a partir de una enfermedad o lesión, como un tumor cerebral, un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral traumática recientes.
Tener dolores de cabeza frecuentes o intensos.
Evaluación
Es
necesaria una evaluación completa con el experto en la terapia de
estimulación magnética, para saber si eres candidato, y que beneficios
puedes obtener de ella.
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¿Cuándo consultar a un médico?
En el caso que familiares, amigos o compañeros de trabajo expresen su preocupación por la forma como se apuesta o el tiempo que se invierte en ir al casino. Dado que la negación casi siempre es una característica de las conductas compulsivas o adictivas, tal vez te resulte difícil darse cuenta de que existe un problema.
Si se reconocen algunas de las conductas de la lista de síntomas de juego patológico, puede ser recomendable una valoración profesional.
CAUSAS
Al igual que en muchos trastornos de salud mental, hay varios factores que pueden contribuir al desarrollo de la adicción al juego.
Si bien la mayoría de las personas que juegan a las cartas o que apuestan nunca llegan a tener un problema con el juego y las apuestas, ciertos factores están más asociados al juego patológico.
Algunos de estos factores relacionados con el juego patológico son el abuso de sustancias, trastornos de personalidad, depresión, ansiedad, trastorno bipolar trastorno obsesivo compulsivo o al trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Este problema es más frecuente en personas jóvenes y de mediana edad.
El juego y las apuestas durante la infancia o los años de la adolescencia aumentan el riesgo de sufrir ludopatía más adelante. Sin embargo, la ludopatía en la población de adultos mayores también puede ser un problema.
Es más frecuente en hombres que en mujeres. Las mujeres que juegan por lo general empiezan más tarde en la vida y pueden volverse adictas con mayor rapidez. Sin embargo, los patrones de juego entre hombres y mujeres son cada vez más similares.
Si se tiene familiares o amigos con problemas de juego, las probabilidades de que tú también los tengas son mayores.
Detección y diagnóstico del juego patológico
Es importante identificar si el patrón de juego está ocasionando dificultades en la vida de las personas: Esto se realiza mediante lo siguiente:
- Valoración por un especialista en adiciones
- Apoyo con cuestionarios y pruebas psicológicas
- Realización de estudios como Mapeo Cerebral
Deshabituación e intervención psicosocial.
Esta etapa se orienta hacia el control de la conducta del juego, disminuir los detonadores o síntomas gatillo. Incluye intervención psicológica individual, de pareja o familiar, dependiendo de cada persona, así como tratamiento farmacológico.
Todas estas medidas ayudan a una persona a cambiar las conductas, disminuir los síntomas que ocasionan malestar, y desencadenan el impulso por apostar.
El área terapéutica ayuda a generar estrategias funcionales para reintegrarse a la familia, trabajo, pareja y comunidad, así como tener nuevas formas sanas de esparcimiento.