El trastorno por consumo de tabaco puede ser leve, moderado o grave, según la cantidad de síntomas presentes.
• Se consume tabaco con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado del previsto.
• Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de tabaco.
• Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir tabaco o consumirlo.
• Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir tabaco.
• Consumo recurrente de tabaco que lleva al incumplimiento de
• los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar
(p. ej. interferencia con el trabajo).
• Consumo continuado de tabaco a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o exacerbados por los efectos del tabaco (p. ej., discusiones con otros sobre el consumo de tabaco).
• El consumo de tabaco provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio.
• Consumo recurrente de tabaco en situaciones en las que provoca
un riesgo físico (p. ej. fumar en la cama).
• Se continúa con el consumo de tabaco a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente probablemente causado o exacerbado por el tabaco.
• Al generar tolerancia, es decir una necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de tabaco para conseguir el efecto deseado y un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma cantidad de tabaco.
• Síntomas de abstinencia al bajar o disminuir el consumo de tabaco como irritabilidad, frustración, rabia, ansiedad, dificultad para concentrarse, aumento del apetito, intranquilidad, estado de ánimo deprimido y/o insomnio.