• Se consume marihuana con frecuencia en cantidades superiores o durante un tiempo más prolongado del previsto.
• Existe un deseo persistente o esfuerzos fracasados de abandonar o controlar el consumo de marihuana.
• Se invierte mucho tiempo en las actividades necesarias para conseguir marihuana, consumirlo o recuperarse de sus efectos.
• Ansias o un poderoso deseo o necesidad de consumir marihuana.
• Consumo recurrente de marihuana que lleva al incumplimiento de los deberes fundamentales en el trabajo, la escuela o el hogar.
• Consumo continuado de marihuana a pesar de sufrir problemas sociales o interpersonales persistentes o recurrentes, provocados o exacerbados por los efectos del mismo.
• El consumo de marihuana provoca el abandono o la reducción de importantes actividades sociales, profesionales o de ocio.
• Consumo recurrente de marihuana en situaciones en las que provoca un riesgo físico.
• Se continúa con el consumo de marihuana a pesar de saber que se sufre un problema físico o psicológico persistente o recurrente probablemente causado o exacerbado por el mismo.
• Tolerancia, definida como la necesidad de cantidades cada vez mayores de marihuana para conseguir la intoxicación o el efecto deseado o un efecto notablemente reducido tras el consumo continuado de la misma cantidad de marihuana.
• Presencia de síntomas de abstinencia cuando se disminuye o remite el consumo de marihuana como irritabilidad, rabia, agresividad, nerviosismo o ansiedad, dificultades para dormir (es decir, insomnio, pesadillas), pérdida de apetito o de peso, intranquilidad, estado de ánimo deprimido, y/o síntomas físicos como dolor abdominal, espasmos, temblores, sudoración, fiebre, escalofríos o cefalea.